Después de tres años de diálogos de paz en La Habana, y frente a la posibilidad de lograr un escenario de posacuerdos, la Fundación Plan comenzó un proceso de reflexión frente a la construcción de paz. Es por eso que publica el documento ‘Niñas y niños determinantes en la construcción de la paz territorial, estable y duradera’, un texto que nace de un proceso de reflexión a partir de los aprendizajes de los diferentes programas desarrollados por Plan y sus aliados a lo largo de 53 años de presencia en Colombia, y en el cual se plantea la importancia de que la niñez del país ejerza su derecho a la participación en la generación de nuevas alternativas para la reconciliación y la paz.
“Si queremos que la paz sea sostenible será vital que consideremos e incluyamos a la niñez y juventud del país, quienes con su capacidad y entusiasmo como agentes de cambio son los llamados a contribuir a las transformaciones que necesitamos”, señala Gabriela Bucher, presidenta ejecutiva de la Fundación Plan.
El documento incluye, entre otros aspectos, información valiosa sobre la situación actual de la niñez en Colombia; principios y programas para el trabajo con niños, niñas y adolescentes víctimas del conflicto armado en el marco de los posacuerdos de paz de La Habana; estrategias asociadas a las acciones educativas, la incidencia política, la gestión del conocimiento y más.
En Colombia, las niñas y los niños son las principales víctimas del conflicto armado, pues sus derechos son vulnerados de múltiples maneras: son reclutados por los grupos armados ilegales, son desplazados por la violencia, son afectados por las minas antipersonales, son víctimas de violencia y abusos sexuales, entre otras afectaciones.
Según cifras recientes de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (UARIV), 2.299.302 niños (1.116.925 niñas y 1.182.377 niños) se registraron como víctimas del conflicto armado hasta el 2015. Los principales hechos victimizantes son en su orden: desplazamiento, amenaza, homicidio, actos terroristas y desaparición forzada.
Por ello, la Fundación Plan considera vital incrementar su trabajo en las comunidades más vulnerables, particularmente con las niñas, los niños y los adolescentes víctimas del conflicto armado y sus familias, a través de su participación y el fortalecimiento de sus capacidades, relaciones y vínculos sociales, y la generación de oportunidades que permitan apoyar sus horizontes de vida, contribuyendo con más ahínco al logro del goce efectivo de los derechos humanos y la construcción de paz.
Desde la Fundación Plan se considera además que es primordial la participación de la niñez y la juventud en el proceso de paz en espacios seguros que les permitan expresarse y compartir sus ideas.