Hace 3 años, la organización Save the Children y el Consejo Noruego para Refugiados (NRC), con el apoyo de la Embajada de Canadá, implementó esta iniciativa.

Con el objetivo de proteger el derecho a la educación inclusiva y de calidad para la población vulnerable y afectada por el conflicto armado en el sur occidente de Colombia, comenzó en el 2013 el proyecto ‘Vive la Educación’.

Esta es una iniciativa, que va hasta 2018, de Save the Children y el Consejo Noruego para Refugiados (NRC, por su sigla en inglés), y apoyada por la Embajada de Canadá. La meta es llegar a 120.000 niños, niñas y jóvenes de 68 instituciones educativas públicas, de 21 municipios de los departamentos de Cauca y Nariño.

Allí, además de que ingresen los niños al colegio, se espera que incrementen sus resultados en las pruebas de Estado (Lenguaje y Matemáticas), cuenten con ambientes educativos de calidad y deserten menos. En 2015,  ‘Vive la Educación’ benefició a 2.010 niñas y 1.691 niños de manera directa.

“Los grupos armados tienen mucha presencia en la zona (Cauca). La gente mira con desconfianza ya que apenas hay presencia de instituciones, pero en la escuela nos reciben con alegría. Hay casi mil estudiantes y alrededor de 40 docentes. Es la primera vez que Save the Children entra en esta institución. El primer paso es ganarse la confianza de la comunidad educativa y se consigue gracias a la presentación de nuestro proyecto Vive la Educación que, con fondos de la cooperación canadiense, busca mejorar la calidad educativa en las zonas más aisladas del país”, dice el área de comunicaciones de la organización.

La organización Save the Children está a cargo de la calidad educativa y el NRC, del acceso. Para el cumplimiento de su labor, Save the Children capacita docentes, analiza los currículos, incluye temas en ellos y trabaja de la mano de la comunidad para que todo aquello que se implemente sea dado según su contexto y sus necesidades.

Dentro del aula, Save the Children tiene tres estrategias: fortalecimiento de los planes de mejoramiento institucional con los docentes y directivos, donde se plantean metas para mejorar la institución y la malla curricular; etnoeducación, con el que rescata la cultura de la población a través de educación en derechos de la niñez afrocolombiana, apoya Proyectos Comunitarios Educativos Afrocolombianos, desarrolla Modelos de Educación Flexible (MEF) y trabaja por el rescate de la memoria histórica cultural. La tercera estrategia es género, su objetivo es integrar esta perspectiva en el trabajo con estudiantes, docentes, rectores, padres y comunidades.

Además, el proyecto ha incluido la formación para el trabajo, una labor que busca ir más allá del aula de clase. En este aspecto se han formado jóvenes en elaboración de joyas y se ha implementado Respira, un programa pedagógico que busca fomentar el aprendizaje socio-emocional y el bienestar de los docentes y estudiantes.

Los docentes del Cauca han recibido de manera positiva el proyecto no solo por los resultados que han obtenido en otras comunidades, sino porque les han consultado cuáles son sus prioridades y no es un modelo impuesto alejado de la comunidad.

“Mejorar como profesores, mejorar nuestra organización, nuestra motivación. Necesitamos que nos ayuden a conseguir la escuela que queremos. Mejorar nuestro liderazgo y nuestra participación para que todos tengamos claro dónde vamos con esta institución. Es necesario que todos hablemos el mismo idioma pero contextualizado a nuestra comunidad, a nuestras necesidades”, dijo un profesor al equipo de Save the Children.