500 mil niños y niñas en Colombia enfrentan la pérdida de su familia

500 mil niños y niñas en Colombia enfrentan la pérdida de su familia

Las cifras de vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes son alarmantes y tienden al ascenso. Según cifras del ICBF en Colombia, a junio 30 de 2015, había 442.037 niños, niñas, adolescentes y jóvenes en proceso administrativo de derechos; 77.210 con declaración de vulneración de derechos y 9.505 en condición de adoptabilidad. De acuerdo con datos de Medicina Legal, en el 2014 se reportaron 16.238 casos de abuso sexual, 10.155 casos de violencia intrafamiliar, 19.954 casos de violencia interpersonal y 940 casos de homicidio.

Motivados por esta problemática, en la cual muchos niños y niñas viven separados de sus familias o están en riesgo de perder el cuidado parental, las principales organizaciones de protección infantil, con la participación del ICBF, llevaron a cabo con éxito el Simposio Internacional Por el Derecho a Vivir en Familia.

Durante este encuentro, Sara Oviedo, vicepresidenta del Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas, llamó la atención sobre las ‘Directrices de Modalidades Alternativas de Cuidado’ e instó a los participantes a utilizarlas como una guía, y a trabajar en la prevención de las causas de separación. Por otra parte, enfatizó en que el Estado debe coordinar e integrar aspectos de bienestar de niños, niñas y la familia, y debe garantizar el seguimiento y la supervisión a las organizaciones de infancia. Su propuesta es cambiar el pacto ético social sobre el cual se construyó la institucionalidad y evitar la caridad y el asistencialismo.  Concluyó que es vital apoyar los esfuerzos para que los niños y niñas se mantengan en su familia o se reintegren a ella, mientras se buscan soluciones permanentes.

En su intervención, Randi Thompson, directora ejecutiva y cofundadora de KIDSAVE International, compartió la experiencia de esta organización en la inclusión social de los niños y niñas separados de su familia de origen, a través de mentorías, guías y modelos de vida de personas y familias voluntarias, lo que les permite a los niños y niñas crear vínculos afectivos y desarrollar mayor seguridad de acuerdo con sus necesidades individuales.  Actualmente, trabaja de la mano con el ICBF en el programa “Súper Amigos”, que acompaña el desarrollo de los niños y niñas que se encuentran en el proceso de restablecimiento de derechos.

Las voces de los niños, niñas y adolescentes también fueron escuchadas, a través de participantes de los programas de Aldeas Infantiles SOS: John Bayron Toro Mejía, de Ipiales Nariño; Andres Álvarez, de Cartagena Bolívar; Carlos Eduardo Dávila, de Riosucio Caldas; July Catalina Roa, de Floridablanca Santander; y Juliana Silva, de SOS Brasil. Los jóvenes dieron a conocer lo que para ellos significa el derecho a vivir en familia, y recalcaron que la familia protectora es aquella donde se inculcan los valores, se favorece la comunicación y el diálogo, y se brinda una oportunidad de vivir con alegría y armonía.

Aldeas Infantiles SOS, a través de sus directoras nacionales de Colombia y Brasil, Ángela Rosales y Sandra Greco, respectivamente, compartió su experiencia de más de 60 años trabajando con los niños, niñas y adolescentes que pierden la posibilidad de crecer con sus familias, y cómo se han enfocado esfuerzos para ayudarlos a que vuelvan a encontrar un lugar al que puedan llamar hogar.  También recalcaron la importancia de apoyar a aquellos grupos familiares en riesgo, para prevenir que un niño o niña pierda a su familia. El trabajo que esta organización realiza lo desarrolla acompañada de grandes aliados como el Estado, las redes de infancia, las empresas y otras organizaciones sociales del sector, que sueñan en conjunto cómo construir comunidades en donde los niños, las niñas, los adolescentes y las familias sean la prioridad.

Maria do Rosário Nunes, diputada de Brasil, compartió los resultados de la alianza entre organizaciones de protección en Brasil, uno de los países que desde el Estado ha trabajado fuertemente en las vías de cuidado alternativo, y ha tenido en cuenta la participación genuina de los jóvenes a través de la gestión de las prefeturas o alcaldías. Y a través de las representantes de Riosucio en Brasil, los participantes conocieron las experiencias significativas del Sistema de Garantía de Derechos para implementar las ‘Directrices de Cuidado Alternativo’ que funciona en este municipio brasilero.

Al finalizar este gran encuentro, los participantes se llevaron como conclusiones de la jornada, apuestas relevantes para garantizar el derecho de los niños y niñas a crecer en una familia:

  • Es primordial trabajar en el fortalecimiento de la familia para evitar la separación, generando capacidades para garantizar mejores prácticas de protección infantil por parte de los adultos. Debemos agotar todas las acciones posibles antes de concebir la separación de una familia.
  • Se debe prevenir a toda costa la separación innecesaria de los niños y niñas de su familia, pues es una herramienta fundamental para construir generaciones en paz.
  • Mientras se buscan soluciones a las problemáticas de las familias y solo si es necesario, se debe promover el desarrollo de los niños y niñas a través de entornos más idóneos de acuerdo con las Directrices de Modalidades Alternativas de Cuidado de Naciones Unidas.
  • Es necesario trabajar conjuntamente para reintegrar a su familia de origen, a aquellos niños y niñas que han sido separados temporalmente, garantizando condiciones adecuadas de cuidado.
  • Los especialistas que participaron durante este espacio, coincidieron en que el principal reto es superar los fenómenos de violencia y para esto, las organizaciones que protegen los derechos de los niños y niñas, los niños/niñas y sus propias familias y los medios de comunicación deben trabajar de la mano con el Estado, para generar herramientas que permitan mitigar las causas de la pérdida del cuidado parental.
  • La experiencia de varias organizaciones de protección y la apuesta comprometida del ICBF por identificar e implementar experiencias piloto, nos está demostrando que en nuestro país es posible prevenir la vulneración de derechos y la separación familiar si actuamos tempranamente; que es posible ofrecer entornos familiares de acogida, y que también es posible lograr procesos de reintegración familiar centrados en el interés superior de cada niño y niña, en donde la familia recibe los apoyos necesarios.
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