Según el Informe Mundial sobre Equidad y la Primera Infancia, publicado por el Grupo Consultivo sobre Cuidado y Desarrollo de la Primera Infancia (CGECCD, por sus siglas en inglés), a pesar de que el mundo ha dado pasos adelante en el cuidado y atención de la niñez, millones de niños y niñas aún presentan problemas en salud, protección y educación que debieron ser abordados por los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

Resalta además que por primera vez, los niños y niñas se mencionan explícitamente en las Metas de Desarrollo Sostenible (MDS), que fue el compromiso global pos ODM. El Objetivo 4.2 de la Meta 4 de las MDS expresa que para el 2030 los países deben garantizar que todas las niñas y niños tengan “acceso a desarrollo infantil temprano de calidad, cuidados y educación preescolar para que estén listos para la educación primaria”.

“Sin embargo, asegura el informe, la comunidad global enfrenta un desafío considerable en la implementación exitosa del objetivo propuesto, especialmente para niños y niñas cuyo desarrollo está en riesgo debido a la pobreza, mala salud, discapacidades o situaciones de emergencia”.

El documento indica que desde que se establecieran los ODM y de Educación para Todos (EFA, por sus siglas en inglés) en el 2000, se ha logrado un progreso considerable para mejorar el bienestar de los niños y niñas pequeños. Las tasas de mortalidad y desnutrición en los menores de 5 años se han reducido en el mundo, y la participación y tasas de inscripción en programas de cuidado y educación de la primera infancia, incluyendo la educación preescolar, han mostrado también un aumento significativo.

De manera más general, la proporción de personas que viven en extrema pobreza se ha reducido en más de la mitad a nivel global, de 1.9 billones en 1990 a 836 millones en el 2015. En regiones en desarrollo, la proporción de personas que viven con menos de US$1.25 al día cayó del 47 % en 1990 al 14 % en el 2015. Durante ese mismo periodo de tiempo, 2.6 billones de personas obtuvieron acceso a fuentes de agua potable mejoradas, y la proporción de personas desnutridas en regiones en desarrollo bajó del 23.3 % en 1990-1992 a 12.9% en 2014-2016.

Pero a pesar de estos avances muchos de los objetivos globales de los ODM y EFA para el 2015 no se lograron. Aunque la proporción de personas que padecen hambre ha bajado dramáticamente, alrededor de 795 millones (o una de cada nueve) aún continúa estando crónicamente desnutrida.

La mortalidad maternal se redujo en 45 % entre 1990 y 2013, de 380 muertes maternas por 100.000 nacidos vivos a 210, pero eso no cumple con el objetivo de los ODM de reducir la ratio en tres cuartos.

Este informe resalta que un enfoque sobre la igualdad requiere una mirada profunda a los mecanismos por los cuales los ambientes de los niños y niñas afectan su desarrollo. El género y el ingreso familiar, por ejemplo, son factores importantes que influyen en la igualdad, pero hay muchos otros elementos críticos que también la afectan, incluidos la salud y la nutrición, la educación y la protección.

Salud y nutrición

La salud y la nutrición son de importancia crítica en los primeros años. Se han logrado avances considerables durante los últimos 25 años: a nivel mundial, la tasa de mortalidad para niños y niñas menores de 5 años cayó en 53 %;  de 90 muertes por cada 1.000 nacidos vivos en 1990 a 43 en el 2015. A pesar de ese logro, el objetivo de 2015 de reducir en dos tercios las muertes infantiles no se cumplió. Globalmente, casi 6 millones de niños y niñas menores de 5 años murieron en el 2015, y las muertes infantiles cada vez se concentran más en las regiones más pobres y en el primer mes de vida.

En cuanto a desnutrición, niños menores de 5 años sufren retraso en el crecimiento (talla o altura inadecuada para la edad), que es una señal de deficiencia crónica de nutrientes esenciales. Globalmente, la tasa de retraso en el crecimiento ha caído de 40 % en 1990 a 24.5 % en el 2013 – pero eso aun deja a uno de cada cuatro niños (161 millones) menores de cinco años padeciendo retraso en el crecimiento moderado o severo. En el 2013, cerca de la mitad de esos niños y niñas vivían en Asia y más de un tercio en África.

Educación

Para niños de 3 a 6 años de edad, un enfoque principal del bienestar es el acceso a la educación temprana, que tiene influencia sobre el desarrollo cognitivo, lingüístico y social-emocional. En las dos décadas pasadas, tanto la oferta como la demanda para la educación preescolar se han incrementado, en algunas regiones dramáticamente. La ratio global de inscripción (Gross Enrollment Ratio o GER, por sus siglas en inglés) para educación preprimaria o preescolar subió del 27 % en 1990 al 33 % en 1999, y luego otra vez a 54 % (o 184 millones de niños) en el 2012 – un aumento de 64 % en 13 años.

Protección

Un análisis de datos sobre 31 países recolectados por medio de la MICS3 de Unicef indicaban que en muchos países, porcentajes muy grandes de niños y niñas de 2 a 4 años padecían disciplina violenta – castigos físicos y/o agresión sicológica. En más de la mitad de los países encuestados, los porcentajes estaban por encima del 80 % y en cuatro países alcanzaban 90 % o más. La violencia doméstica, de la sociedad y comunitaria (incluidos desastres y conflictos), así como una falta de interacciones positivas entre cuidador-niño, pueden afectar el desarrollo temprano social-emocional y aumentar el riesgo de problemas de comportamiento (por ejemplo comportamientos anti-sociales y agresión).

Estudios de caso

El informe presenta once estudios de casos, entre ellos un programa breve e intensivo de educación para la primera infancia en Turquía y la República Democrática Popular Lao; dos programas de crianza que abordan la desigualdad en la región árabe; un modelo de resiliencia posterior a desastre entre comunidades indígenas en Filipinas y un programa de desarrollo profesional para maestros de preescolar (párvulos) en Chile.

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