Elaborado por: elmundo.com
Los programas preventivos eficaces prestan apoyo a los padres y les aportan conocimientos y técnicas positivas para criar a sus hijos, reduciendo el riesgo de repetición del maltrato y minimizando sus consecuencias
Una investigación realizada por científicos de la Universidad y del Hospital de Ginebra estableció que el maltrato infantil modifica la regulación de los genes implicados en la gestión del estrés en la vida adulta, lo que puede provocar el desarrollo de distintas patologías.
En el estudio participaron 101 individuos adultos, todos ellos víctimas del trastorno límite de la personalidad, también conocido como “borderline”.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, aproximadamente un 20 por ciento de las mujeres y un 5 a 10 por ciento de los hombres manifiestan haber sufrido abusos sexuales en la infancia, mientras que un 25 a 50 por ciento de los niños de ambos sexos refieren maltratos físicos.
El equipo investigador observó un porcentaje significativamente superior de modificación epigenética sobre el ADN en los sujetos que han sufrido en su infancia maltratos como abuso físico, sexual, emocional o carencia afectiva con respecto a los que no sufrieron tales situaciones.
Según las conclusiones de los científicos, el estrés ocasionado por esos abusos induce una modificación epigenética del gen receptor de glucocorticoide, que actúa sobre el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal.
Este eje interviene en la gestión del estrés, según el equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ginebra y de los Hospitales Universitarios de Ginebra.
Cuando ese eje se altera puede perturbar la gestión del estrés a la edad adulta y provocar el desarrollo de psicopatologías.
Los investigadores consideran que si se estudiara el impacto de otros traumatismos violentos, como una catástrofe natural o un accidente aéreo, se podría eventualmente llegar a conclusiones similares.
Prevención
La prevención del maltrato infantil requiere un enfoque multisectorial. Algunos de las estrategias recomendadas por la OMS para orientar a los padres en la educación de sus hijos son:
Visitas domiciliarias de enfermeras para ofrecer apoyo, formación e información.
Formación de los padres, generalmente en grupos, para mejorar sus aptitudes para criar a los hijos, mejorar sus conocimientos sobre el desarrollo infantil y alentarlos a adoptar estrategias positivas en sus relaciones.
Intervenciones con múltiples componentes, que generalmente incluyen el apoyo a los padres y su formación, la educación preescolar y la atención al niño.