Elaborado por: Elespectador
En el VI encuentro nacional de jóvenes contra la vinculación al conflicto
Adolescentes de todo el país se reunieron en Soacha (Cundinamarca) para rechazar que se los vincule con el conflicto armado que vive nuestro país y para alertar sobre la crítica situación que viven los menores de edad en varias regiones de Colombia.
“Los héroes en Colombia sí existen. Pero no andan armados”; “ningún grupo armado tiene el derecho a quitarnos el arte”; “no queremos que nos involucren en un conflicto que ni entendemos”. Estas fueron algunas de las consignas de los 33 adolescentes de 10 regiones del país que se reunieron durante el VI encuentro nacional de jóvenes contra la vinculación al conflicto armado que vive Colombia. Este evento, que contó con la participación de varias organizaciones, entre ellas la Coalición contra la Vinculación de Niños, Niñas y Jóvenes al Conflicto Armado en Colombia (Coalico) y la Fundación para la Educación y el Desarrollo (FEDES), se realizó en Soacha (Cundinamarca), una población golpeada por la violencia y epicentro de los escándalos de los mal llamado ‘falsos positivos’.
El Espectador se reunió con varios de estos jóvenes y discutió con ellos sobre el servicio militar obligatorio, la educación y lo que le pueden aportar a la consecución de la paz en Colombia. “Nos están cogiendo de conejillos de indias para la guerra”, mencionó Mauricio, uno de los asistentes al evento, proveniente de Norte de Santander. Acudiendo a la figura de la objeción de conciencia, rechazó que a los jóvenes no se los obligue a ir a la universidad pero sí a prestar el servicio militar. Recientemente la Coalico resaltó que una de cada cuatro personas reclutadas ilegalmente es menor de edad. “Nos están violentando nuestro derecho a la educación”. Mauricio no alcanzó a terminar su idea cuando Claudia, proveniente de Medellín, lo interrumpió y afirmó “es que nosotros abogamos por la solución negociada al conflicto”.
Al momento de preguntarles por los problemas que viven en sus regiones, uno de los jóvenes, Esteban, proveniente de Buenaventura (Valle del Cauca), alertó que en uno de los puertos más importantes del país los adolescentes no tienen oportunidades y el desempleo y la violencia se combinan para que muchos de ellos terminen engrosando las filas de los grupos delincuenciales. “Los amigos de uno empiezan a amenazarlo y a decirle ‘hermano, no haga esto o lo otro que nos toca matarlo si lo hace’”. Esteban resaltó que lo único que reclaman son oportunidades para los jóvenes. “Es que Colombia no sólo vive un conflicto armado sino también social”, complementó Adriana, recién llegada del departamento de Putumayo.
Al cuestionarlos sobre lo que los jóvenes podrían aportar para la consecución de la paz, se escucharon un sinnúmero de intervenciones, pero todas apuntaron a lo mismo: alegría, el sabor, la loquera –dijo Mauricio– de seguir hacia adelante siempre. “Nos dicen que somos el futuro del país pero no nos dan los espacios para hacer el cambio”, se quejó Iván, de Barrancabermeja (Santander). Fue este joven de 17 años quien concluyó: “que les quede claro que no vamos a cambiar la guitarra por las armas”.